Evolución de la Política Cambiaria en Chile


La caótica situación económica en que el gobierno militar debió hacerse cargo del país, hacia imprescindible adoptar una política cambiaria destinada a mejorar la situación de la balanza de pagos que permitiera aumentar el crecimiento de nuestro país, basándolo en un desarrollo hacia afuera abriendo la economía al comercio internacional, de modo de hacer eficiente nuestra economía.
Fue así, como las políticas, tanto cambiarias como arancelarias, llevaron a un mejoramiento de nuestra economía permitiendo en 1979 fijar el tipo de cambio, dada la gran cantidad de reservas internacionales que poseía el Banco Central y la estabilidad que buscaba mantener el gobierno.
La política cambiaria en Chile durante el periodo 83-95 ha consistido en una paridad central que se reajusta de acuerdo a la inflación pasada, descontando una estimación de la inflación internacional, es decir, una de tipo de cambio real constante. Junto con esto ha existido una banda de fluctuación que se ha ido ampliando con el tiempo de modo de darle mayor autonomía a la política monetaria. Se han producido, dentro de este esquema, devaluaciones y revaluaciones discretas. Así mismo, ha habido ataques en contra de los límites de la banda. El más notable fue, quizás, el que termino en Enero de 1992 con una revaluación de la banda, conforme a las presiones revaluatorias.
A pesar de que en el esquema de la política cambiaria se ha mantenido más o menos inalterado durante la última década en estudio, las distintas herramientas que se han usado han dependido de la situación y circunstancias a las que ha estado sujeta la economía. Mientras que en los años 83-89, se buscó un tipo de cambio real alto para hacer frente a la restricción externa, en los años venideros, el objetivo fue evitar la apreciación, que ya era inevitable, producto del reingreso del país a los mercados internacionales de capital, llegando a niveles insostenibles en el mediano plazo.
En el periodo 99 se suspendió la banda cambiaria y se adoptó un régimen de tipo de cambio flexible el que proporcionó una serie de ventajas tanto para la economía como para el Banco Central.
El desarrollo del sector exportador es una prueba de que la política cambiaria, al menos desde esta perspectiva, ha sido exitosa. Cabe destacar que este sector ha seguido experimentando tasas de crecimiento muy superiores a las de la economía como un todo, incluso durante el período de apreciación de la moneda. En cuanto al objetivo de moderar la apreciación de la moneda durante el período de influjo masivo de capitales, también podemos decir que se ha logrado, no sin algunos inconvenientes, los que han sido bastantes inferiores a la de otros países de las regiones en la situación descrita.

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